«Sin Jesús no hay Navidad». 5 puntos para no olvidar el motivo de estas fiestas Escrito por: P. Enrique Granados |
Esta vez me comentaron: «Estoy cansada de tantas compras en Navidad, que si el regalo para la familias, los amigos. Que si la decoración de la casa, etc. ¿Cómo hago para encontrarle el verdadero sentido a estas fiestas, si a mi alrededor se vive de una forma superficial?».
A todos nos pasa en más de una oportunidad que perdemos de vista lo esencial por lo accidental, o lo urgente nos hace perder de vista lo importante. La Navidad no está exenta de esta realidad. Es más en esta parte del año, suele pasar que a esta tentación le tendríamos que añadir la constante tendencia a robarle a la Navidad su verdadero sentido.
Estos son algunos puntos que debemos tener en cuenta para que esta Navidad no olvidemos cuál es el verdadero motivo por el que celebramos.
1. Tengamos presente el misterio que se esconde en Jesús
A pesar de toda la actividad y de esta última dificultad que encontramos, los cristianos tenemos que poner todo de nuestra parte para que este sea un tiempo especial, para enriquecer nuestra conciencia del misterio de Dios hecho hombre.
Esto es algo maravilloso y extraordinario que nos llena de alegría, y al ser un misterio, su meditación será inagotable y tendremos oportunidad de enriquecernos de él.
Pero no podemos dejar de ver con tristeza y asombro como cada día se habla menos de Jesús, incluso me atrevería a decir que la referencia a Él es casi nula en la gran mayoría de mensajes navideños que escuchamos o vemos diariamente.
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2. ¿Nos olvidamos de Jesús?
Me llama la atención que muchas personas obvian mencionar a Jesús, observen y se darán cuenta. La Navidad se convierte en la fiesta de los sentimientos nobles y buenos: paz, amor, amistad, solidaridad, cosas que no están mal y todos anhelamos.
Pero es raro que siendo Navidad dejemos de hablar de Jesús, quien es la fuente de todos estos sentimientos y de todas las virtudes. Es más no solo es la fuente, sino la plenitud de todo lo noble y justo que anhela nuestro corazón.
La Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús, a esa realidad histórica podría ser que se le sumen algunas cosas, pero no le podemos restar lo más importante que es Jesús, que es lo que normalmente vemos. Los comerciales, la publicidad, los mensajes, en todas partes se ha dejado de lado a Jesús. No hagamos nosotros lo mismo.
3. Esforcémonos por tener a Jesús como prioridad
Se obvia y se deja a un lado a Jesús, y la Navidad se centra en las reuniones, en los regalos, en las fiestas y otras cosas. Ojo no digo que estén mal, sino que el problema está en que todas esas cosas remplacen a Jesús. Porque viene la vorágine de reuniones, donde Jesús no está invitado.
En algunos casos me atrevería a pensar que incluso es adrede que no se menciona a Jesús, para evitar herir susceptibilidades, cuando lo que celebramos es Navidad. Es como si fueras a celebrar el 28 de Julio y te dijeran que por favor no mencionaras la palabra Perú.
Que las cosas se puedan desvirtuar y pierdan su auténtico sentido, no es nada nuevo. Por eso es tarea de nosotros los cristianos, velar por cuidar y evitar que se empobrezca el verdadero sentido de la Navidad. Ayudar a quienes desconocen lo que celebramos, esforzarnos para que puedan conocer la riqueza de esta fiesta. Esta es la tarea evangelizadora de todos los cristianos.
4. Contemplemos el pesebre en Navidad
Recordemos que el que nos congrega durante este tiempo es el Señor Jesús, Emmanuel, que significa «Dios con nosotros», que viene a traer la Salvación a toda la humanidad. Es algo muy bonito que en muchos lugares se conserve la tradición de arreglar en la casa, las oficinas, las escuelas, el pesebre y adornarlo con luces de colores ya que todo nos habla de la alegría del nacimiento de Jesús.
Sobretodo las luces con que se adornan las calles y las casas, nos recuerdan que este niño, no es cualquier niño, sino que es la luz del mundo. Si todo nacimiento de por sí, ya alegra a una familia, cuanto más el nacimiento de aquel que por ser Dios, traerá la verdadera y auténtica felicidad al mundo entero.
Por eso es que recomiendo que aprovechemos los espacios que tenemos en nuestra casa, lugares de trabajo, grupos de amigos, para nutrirlos del verdadero sentido de la Navidad, que es Jesús. Hacer presente a Jesús armando el pesebre en familia, haciendo una oración, preparándonos juntos para recibirlo, haciendo un ofrecimiento para ver que le regalaremos esta Navidad.
5. ¿Qué le ofrecerás esta Navidad a Jesús?
Pensemos, si le puedo dar un corazón más sincero o quizás menos rencoroso. Un corazón más abnegado y menos perezoso, o más puro. Cada uno puede pensar qué cosa podría ayudarle a llegar a esa noche de Navidad con una mejor actitud y disposición interior.
También podría ser una ocasión para desprenderme de algo y dárselo a quien lo necesita. No dando simplemente lo que me sobra, sino quizás renunciando a algo para que otro tenga lo que a mí no me hace falta.
Al hablar de desprendimiento no me refiero simplemente a lo material, podría ser muy bueno poder donar nuestro tiempo, visitando a quienes se sienten solos o están abandonados. Ir a un lugar y ponernos al servicio de los demás para lavar los platos, servir la mesa, atender a personas enfermas, etc.
Creo que ese regalo sería mucho más agradable a los ojos de Jesús. Total es su fiesta y lo que más agrada a Dios es que vivamos el amor con los más necesitados. En el fondo lo que quiero expresar es que si perdemos de vista que navidad es Jesús, esta fiesta se convertirá en una fiesta de consumo. De reuniones sin sentido, donde el gran desconocido será Jesús.
Cosa que en muchos lugares ya sucede, y es muy triste ver que se celebra algo que en el fondo no se celebra, y por lo tanto se busca remplazar a Jesús, el amor infinito, por cosas pasajeras, como lo son las cosas materiales y esto siempre deja vacío.
Algunos consejos
Te puede ayudar aparte de lo ya mencionado: comulgar entre semana, rezar los Advientos en familia. Rezar la novena de Navidad, hacer obras de caridad y sobretodo disponerte en una actitud de oración y de preparación para la Navidad.
No me cansaré de repetir una y otra vez: «No hay Navidad sin Jesús». Recordemos lo que dice el ángel a los pastores: «Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor» (Lc 2,10-11). Este es el motivo de nuestra alegría, no lo perdamos de vista.
Que Dios te bendiga. Y ¡Feliz Navidad!