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25 años «viviendo esa fascinante aventura de evangelizar»

Alfredo Ferreyros dando algunas palabras de agradecimiento a los presentes

Con profundo agradecimiento a Dios, nuestro hermano Alfredo Ferreyros Brandon celebró su 25º aniversario de los Compromisos de Plena Disponibilidad Apostólica en una Santa Misa presidida por el P. Juan Mendoza el pasado 6 de junio en la Parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación en Lima, Perú.

En esta Eucaristía estuvieron presentes Juan Carlos Bolt, Vicario General del Sodalicio, diversos hermanos de nuestras comunidades en Lima, la hermana de Alfredo y numerosos miembros del Movimiento de Vida Cristiana y la familia espiritual.

P. Juan Mendoza durante su homilía

Durante la homilía, el P. Juan recordó diferentes momentos de la vida comunitaria de Alfredo destacando algunos momentos en su apostolado, «viviendo esa fascinante aventura de evangelizar, de cooperar con María en la obra de su Hijo. Como una comunidad apostólica vivíamos esa experiencia de Pentecostés, siempre de la mano de María, siempre en compañía de María, siempre sostenidos por la Madre», recordó.

Asimismo, el P. Juan invitó a Alfredo a «vivir y a leer nuestro pasado con gratitud. Gratitud por los hermanos que Dios te ha dado, por la familia que te dio, por la vocación de tu vida. Gratitud porque te permitió y te permite decirle sí».

Parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación (Lima, Perú)

Al finalizar la Santa Misa, Alfredo compartió con unas palabras su agradecimiento de celebrar esta fecha como «un agradecimiento enorme a Dios, un momento importante en todo un proceso hermoso en que la Virgen me ha acompañado y estoy muy, muy agradecido».

Alfredo concluyó su agradecimiento recordando a los jóvenes que «es hermoso responder a la vocación, es hermoso tener una vocación y vivir agradecido por eso. Piensen en su vocación. Chicos, chicas, ¿qué es lo que el Señor quiere de ustedes? Soy testimonio, soy testigo de que es una maravilla vivir, dar y responder de manera generosa —aunque no siempre he sido generoso—, pero responderle al Señor eso ya es una maravilla».

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