Consagrados a María para cooperar con su obra apostólica
Como paso importante en el desarrollo y descubrimiento de sus vocaciones, nuestros hermanos que concluyen su tiempo formativo en Guayaquil (Ecuador), realizaron la Consagración Apostólica a María el pasado 8 de diciembre, día en el que también celebramos nuestro 51° aniversario.
Al terminar sus etapas formativas de probando y formando, los sodálites realizamos nuestra Consagración Apostólica a María como expresión del deseo de cooperar con la obra apostólica de nuestra Madre María viviendo la plena disponibilidad apostólica en el Sodalicio.
Sobre su consagración, Giancarlo Nuñez, peruano, nos explica que «ha sido, para mí, un hito en mi itinerario espiritual de identificación con la misión maternal de la Iglesia, tal como se expresa en nuestras Constituciones: cooperar en la formación de todos los seres humanos según la Imagen del Hijo».
«La consagración apostólica a María ha sido muy significativa en mi formación», resalta Benjamin Brazelton, natural de los Estados Unidos y destaca que éste «es un gesto de memoria agradecida por todo lo que la Virgen ha hecho en mi propio camino de vida cristiana y vocacional. Lo sentía como un entrega y un suplica para que ella pueda seguir protegiendo y caminando con su pobre hijo. Concluir esta etapa de formación confiando de nuevo en su conocimiento maternal me genera mucha confianza para anunciar la alegría de su Hijo al mundo».
Asimismo, Sergio Arrangoiz, de México, destaca que «hacer la Consagración Mariana ha sido como recibir una invitación inmerecida de Dios a servirlo en su Iglesia al modo de san Juan Diego, es decir, como un humilde hijo de Santa María que desde su pequeñez anuncia el amor misericordioso de Dios a los demás y los acerca a la ternura maternal de la Virgen».