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“Les encomiendo mi vida, que ya no me pertenece, le pertenece a Dios para el servicio de ustedes”

Fueron las palabras que nuestro hermano Adrián Meza dijo al finalizar la Santa Misa en la que fue ordenado diácono por Mons. Justo Rodríguez Gallego, Obispo Auxiliar de Zárate-Campana (Argentina) el sábado 18 de marzo en la Capilla Villa Marista de Buenos Aires.

D. Adrián junto a Mons. Justo Rodríguez

D. Adrián junto a Mons. Justo Rodríguez.

El nuevo diácono nos ha explicado que desde este ministerio “está llamado a vivir como Cristo, que se hizo servidor de todos. Por un lado, en el servicio de la liturgia, especialmente en la Santa Misa, cooperando y asistiendo al sacerdote”.

“Además de servir en la Eucaristía, un diácono puede presidir la celebración del Bautismo y del Matrimonio. Otra dimensión de servicio es el cuidado y cercanía con los que más sufren, de manera especial nuestros hermanos más pobres y aquellos que padecen alguna enfermedad”.

D. Adrián con Mons. Justo Rodríguez y hermanos sodálites.

D. Adrián con Mons. Justo Rodríguez y hermanos sodálites.

Adrián, peruano que lleva viviendo en Argentina 14 años, nos cuenta que en esta ocasión especial lo acompañaron su papá, mamá y hermana; sus hermanos de la comunidad Nuestra Señora del Pilar; y hermanos de otros países como el P. Marcelo Carrillo, Asistente General de Espiritualidad, José Antonio Dávila, Asistente General de Temporalidades y el P. Alexandre Arosa.

Destacando algunos de los detalles que Dios tiene con sus hijos en este tiempo de gracia, Adrián nos cuenta: “en el día de la ordenación el Señor me concedió una paz y tranquilidad interior que me ayudó mucho a disponer mi corazón para lo que estaba por suceder. Durante la Misa tuve el corazón exultante de alegría y gozo por semejante gracia que recibí”.

“Monseñor Justo, en su homilía, dijo que mi vida ya no me pertenece, le pertenece a Dios y a las personas a las cuales Dios quiera que sirva a lo largo de mi vida”, comparte el diácono Adrián.

D. Adrián al finalizar la Misa de Ordenación Diaconal.

D. Adrián al finalizar la Misa de Ordenación Diaconal.

A modo de anécdota, nos contó que al finalizar la Eucaristía, intentó dar unas palabras de agradecimiento pero cuando agarró el micrófono y levantó la mirada su voz se quebró.

“No era capaz de terminar una frase por lo emocionado que estaba, solo al final pude decir con un poco de más tranquilidad: Les encomiendo mi vida, que ya no me pertenece, le pertenece a Dios para el servicio de ustedes”.

Nuestro hermano Adrián en el momento de la postración.

Nuestro hermano Adrián en el momento de la postración.