«No entiendo mi sacerdocio sin ser sodálite»

Con mucha alegría nuestro hermano el P. Marcello Carrillo, Asistente General de Espiritualidad de nuestra comunidad, celebró las bodas de plata de sus compromisos de Plena Disponibilidad Apostólica en el Sodalicio. La Santa Misa de Acción de gracias se realizó el 21 de noviembre, fecha en que la Iglesia celebra la Presentación de la Virgen María, en la capilla ‘Nuestra Señora de la Candelaria’ en Medellín, Colombia.

La Santa Misa por los 25 años de los compromisos de Plena Disponibilidad Apostólica del P. Marcello fue concelebrada por el P. Juan David Velásquez, sodálite, y el P. Gabriel Jaramillo. Estuvieron presentes también los diáconos sodálites Oscar Tamayo y Diego Cano, y los hermanos sodálites que viven en la ciudad de Medellín. Acompañaron al P. Marcello algunos de sus familiares desde Lima y amigos de la familia espiritual en Colombia.

La homilía estuvo a cargo del P. Juan David Velásquez, rector del colegio Sagrado Corazón Montemayor (Antioquia, Colombia). El P. Juan David invitó a los asistentes a alegrarse por la actitud de María al acoger la Palabra de Dios, el Verbo encarnado en su ser. «Hoy nos alegramos porque también un hermano nuestro, un sodálite, que ha vivido la mayor parte de su sacerdocio, de su vida sodálite en Colombia, en Medellín, entre nosotros, hoy celebra 25 años de haberle dicho sí al Señor, de haberle dicho sí a Dios quien lo invitó a seguirlo. Y le damos gracias a Dios por su vida, porque también por medio de su vida, a cada uno de nosotros, de diversas maneras nos ha llegado la Palabra de Dios».

Al terminar la Santa Misa, el P. Marcello dirigió algunas palabras de agradecimiento. Agradeció la presencia de dos de sus hermanos y del resto de su familia a través de las redes debido a un incidente que les impidió viajar a Medellín. También agradeció a sus hermanos y amigos sodálites y a los miembros de la familia espiritual en Medellín.

Sobre su vocación, compartió que «la mayoría de estos 25 años de plena disponibilidad apostólica han sido como sacerdote. Mucho de lo que he vivido y he podido servir al Señor y a los demás, lo he hecho como sacerdote. No entiendo mi sacerdocio sin ser sodálite. Estoy seguro que este es mi camino y el Señor me llamó aquí. Por eso mi primera acción de gracias es al Señor y a su Santa Madre. Estoy seguro que no ha dejado de acompañarme, asistirme y darme su fuerza».

Al dirigirse a los miembros de la familia espiritual señaló «Si bien ustedes creen que son los que se benefician de nuestro apostolado, hay otra realidad muy clara, y es que nosotros también somos mejores por ustedes. Cuando le doy gracias a Dios por estos años de vida consagrada y sacerdocio es ocasión de agradecerles a ustedes. Es cierto que hemos compartido muchas cosas. Muchas alegrías, dolores, la fe, la liturgia, los sacramentos, el apostolado. Que seguimos compartiendo una misma misión. Todos tenemos la experiencia de que eso nos hace felices y nos realiza».