«Nosotros nos consagramos para servir a la Iglesia»
25º aniversario de los Compromisos a Plena Disponibilidad Apostólica de César Salas, P. Alberto Ríos y P. Rafael Otero

César Salas junto a sodálites en el atrio de la Parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación (Lima, Perú)
En un ambiente de agradecimiento a Dios, nuestros hermanos César Salas, P. Alberto Ríos y P. Rafael Otero celebraron el vigésimo quinto aniversario de sus Compromisos de Plena Disponibilidad Apostólica en el Sodalicio de Vida Cristiana en una Santa Misa el pasado 19 de marzo, Solemnidad de San José, Casto Esposo de la Virgen María.
César celebró su aniversario en Lima. La Santa Misa tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación. Estuvieron presentes Daniel Calderón, Asistente General de Comunicaciones del Sodalicio, nuestros hermanos en Lima, la familia de César, miembros del Movimiento de Vida Cristiana y amigos de César.
El P. Alberto realizó su celebración en Arequipa, la Santa Misa tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de Monserrat La Recoleta. Estuvieron presentes Jorge Luna, Superior Regional del Sodalicio en el Perú, nuestros hermanos de la comunidad de Arequipa, la familia del P. Alberto, miembros del Movimiento de Vida Cristiana y de diferentes asociaciones e instituciones de la familia espiritual.
El P. Rafael tuvo una celebración privada con nuestros hermanos en Chile.
Durante su homilía, el P. Alberto, le recordó a los presentes que junto con él, César Salas y el P. Rafael Otero celebraron también 25 años de sus Compromisos de Plena Disponibilidad Apostólica. «Quiero pedirle al Señor y a ustedes que recen por nosotros y nuestra vida sea como la de San José, humilde, sencilla, entregada y ante todo un sí a Dios. Que se exprese más en las obras y en la vida, que en las palabras que humildemente podamos mencionar».
Además quiso compartir una reflexión sobre su propia vocación. «¿Por qué estoy en el Sodalicio? La respuesta no es muy difícil. Estoy aquí porque el Señor me ha llamado a estar con Él, a servirlo en su Iglesia, con un carisma propio y una institución aprobada por la Iglesia. También cuenta el Señor y su Iglesia con mis y nuestras fragilidades, pero nos invita como a San Pedro, a apacentar sus ovejas con humildad, con confianza, siempre mirando al Señor. Por eso estoy aquí, porque el Señor Jesús, hijo de María y de San José, me ha llamado. Por eso estamos aquí, estoy aquí por puro don y misericordia de Dios, como todos mis hermanos sodálites».
Al finalizar la Santa Misa en Lima, nuestro hermano César dirigió algunas palabras de agradecimiento a los presentes. Agradeció de manera especial a su familia, «quiero agradecer mucho a mi familia porque siempre me apoyó, siempre han sido un testimonio de vida cristiana». También agradeció la presencia de los miembros de la familia espiritual. «Definitivamente ha sido el mejor regalo que he tenido en estos 25 años. Es una bendición que estén aquí, me han animado mucho en la fe. Los aliento siempre a crecer en la fe y ayudarnos a nosotros a crecer en la fe».
Compartió además una reflexión sobre este cuarto de siglo. «Es un tiempo de revisión y purificación. De renovar mi deseo de ser santo, de servir donde me pone Dios. Nosotros nos consagramos para servir a la Iglesia, en ese servicio considero que he recibido muchísimo más de lo que he dado. Le pido a San José que me ayude a ir purificando cada vez más mi corazón para poder ver a Dios en el Cielo pero también aquí en mis hermanos sodálites y las personas que pone en mi camino».

César Salas junto a algunos de sus amigos en el atrio de la Parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación