Peregrinando en compañía de María
Finalizando mayo, el ‘Mes de María’, y buscando congregarse en torno a la Virgen María, miembros del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) y la familia espiritual en Lima, Perú, participaron de la Peregrinación Mariana el pasado 22 de mayo.
Esta caminata inició en el Puente Tambo Inga, ubicado en el distrito de Cieneguilla, y culminó en la parroquia Reina de La Paz, en Pachacamac, con la celebración de una Santa Misa presidida por el P. Santiago Caballero. Durante todo el recorrido de 12km los participantes iban tomando turnos para llevar en andas la imagen de Nuestra Señora de la Reconciliación.
La peregrinación estuvo caracterizada por la alegría que significó para los los numerosos participantes y organizadores de realizar este evento después de dos años debido a las restricciones por la pandemia del COVID-19.
Valeria Tapia, emevecista y participante de la peregrinación, nos cuenta que su experiencia «ha sido muy buena, porque no he caminado sola, sino con muchos amigos emevecistas,que hace tiempo no había visto con la alegría y gozo de caminar junto a María».
«Para nuestra familia la experiencia de la Peregrinación Mariana es una experiencia muy bonita, muy intensa», resalta José Carlos Vargas, también participante de la peregrinación, y añade que ésta «la comparamos con nuestra propia vida donde comenzamos de un lugar y tenemos una meta, queremos llegar hacia otro lugar, llegar al cielo, hacia la casa del Padre».
Luis Alfonso Sánchez, hermano de nuestra comunidad, nos cuenta que «la experiencia de la caminata ha sido muy buena porque nos ha ayudado a volver a lo esencial como emevecistas. Ver nuestra vida como lo que es, una peregrinación hacia la patria celestial en compañía de nuestra madre la Virgen María. A descubrirnos un don para la Iglesia, a volver a sintonizar en nuestros corazones con la espiritualidad que el Señor nos ha regalado. A tomar conciencia de que somos una familia bendecida. En medio de las exigencias, cansancios y dificultades del camino se ha notado unidad, fraternidad, comunión, etc. Cada uno aportando sus propios dones: la alegría, la compañía, el aliento al otro, el servicio con el más necesitado, el dar al que no tiene, el canto y la música, hemos ido caminando hacia el Santuario de la Virgen Reina de la Paz».