SEM de Arequipa y Lima se unen para los más necesitados
Con el objetivo de compartir ideas sobre sus labores y establecer algunas orientaciones para el trabajo en conjunto, representantes de Solidaridad en Marcha (SEM) en Arequipa y Lima, en Perú, realizaron reuniones de trabajo colaborativo durante los días del 14 al 19 de octubre visitando las obras en ambas ciudades.
En estas reuniones participaron todos los equipos directivos de SEM Lima y Arequipa y tuvieron lugar en las diferentes instalaciones como el Albergue San Lucas (Callao), la Cuna-Jardín Santo Toribio de Mogrovejo (Arequipa) y el Colegio San Juan Apóstol (Arequipa), obras que SEM Arequipa y Lima mantienen y administran, las cuales visitaron para conocer.
Con estas reuniones, SEM en el Perú está desarrollando una estrategia general que les permitirá planificar el trabajo de sus diferentes proyectos para los próximos cinco años. Se espera generar una comunidad viva de trabajo que les ayude a ser más eficientes en el trabajo con los más pobres. Asimismo, buscan estrechar lazos de amistad y comunión entre colaboradores y voluntarios que les permitan estar cada vez más unidos en el servicio a los más necesitados.
Sobre estas reuniones, nuestro hermano Víctor Ramos, Director de SEM Arequipa, resalta que “lo que motivó a realizar estas reuniones y a generar esta experiencia fue el hecho de compartir una misma identidad y espiritualidad y preocupación por los más pobres, que forma parte del planeamiento estratégico que SEM en el Perú está realizando a nivel nacional”.
Con ello, Víctor añadió que estas reuniones “fueron una experiencia donde percibí mucha unidad en la misión , el carisma y la preocupación por los más necesitados. Me llena de alegría que el Señor permita que nuestra comunidad solidaria crezca”.
“Yo creo que vamos a poder cumplir con trabajo de responder de manera más eficaz a la misión de SEM, que es poder beneficiar a los más vulnerables del Perú, en este caso de Lima y Arequipa”, nos cuenta Katya Alva, Directora de SEM Lima, quien añade que los frutos de estos trabajos colaborativos impulsen el voluntariado, “pues ayuda a humanizar al voluntario quien se hace más sensible a las necesidades de la persona, al hermano que sufre”.